sábado, 15 de agosto de 2009

Cierre

Más de dos años ya. Y, como siempre, parece que fue ayer. Pero no, no fue ayer. Fue hace más de dos años. Desde entonces, un legado tangible se abre camino en nuestras vidas, con pasos dubitativos y tambaleantes. Con sonidos estridentes que llenan de luz las estancias.
Esto es un adiós. Un grito quedo que languidece desde el mismo instante en que surca ondulado las partículas que nos separan. Su estertor se agota en la resaca de este océano tan vasto. Adiós Aru.